5 Costumbres funerarias y su origen

Nuestro día a día está atravesado de rutinas y hábitos que repetimos mecánicamente, sin ponernos a pensar en su significado. En ocasiones especiales –cumpleaños, casamientos, festividades– es costumbre realizar rituales y tradiciones especiales. Muchas veces también desconocemos su significado y origen. Los funerales también entran en esta categoría: sabemos que hay que vestir de negro, que velen al fallecido y, si somos cercanos a quien ha partido, posiblemente tiremos un puñado de tierra en la tumba abierta. A lo sumo, sabemos que todo esto expresa nuestro respeto y amor por esa persona que ya no está entre nosotros. Quizás podría ayudarnos en nuestro duelo realizar estos actos con más conciencia, aprendiendo de dónde vienen estas costumbres y cuál es su significado simbólico.

5 Costumbres vinculadas con los sepelios

1. Vestir de negro. Dado que el negro es la ausencia de luz, el negro ha sido símbolo ancestral de la muerte y las tinieblas. Su uso como color de luto se encuentra en la Roma antigua, cuando se comenzó a usar una toga negra en los funerales. En otras tradiciones es diferente. Entre los hindúes, el blanco, símbolo de la pureza, es el color del luto. En los funerales budistas, la familia viste de blanco o, al menos, se cubre con una prenda blanca, y el resto viste de negro. En el islam no hay un código específico: en muchos países se utiliza el negro, pero en algunos es costumbre el blanco
2. Tirar un puñado de tierra. En ambiente cristiano, la costumbre se remonta a los versos bíblicos: “Polvo eres y al polvo volverás”, y nos recuerda que todo en la naturaleza proviene de la tierra y regresa a ella. En la tradición judía se acostumbra que los presentes echen tres cucharadas de arena en la tumba. También, dado que el entierro en concreto no lo efectuamos nosotros, es una forma simbólica de participar en él. En épocas más recientes se ha agregado o reemplazado el acto de dejar flores en el cajón al momento del entierro, como una especie de ofrenda y adiós final.
3. Coronas de flores. Las flores son una forma de expresar sentimientos de afecto y respeto por el fallecido. La forma circular recuerda que la muerte es parte del ciclo de la vida, mientras que las flores recuerdan lo efímero de la existencia. Se han encontrado restos de hierbas y flores en los entierros más antiguos de la humanidad. Por otra parte, antiguamente el perfume de las flores ayudaba a tapar los malos olores del cuerpo. Hoy forman parte típica de un sepelio, y cada flor tiene un significado.
4. Velorio. Es muy antigua y extendida por todo el mundo la tradición de “vigilar” al cuerpo (tanto “velorio” como “velatorio” provienen de “velar”, que a su vez deriva del latín vigilare). Esto se realizaba tanto para evitar que espíritus malignos se apoderaran del cadáver, como para cuidar que ratas y animales carroñeros lo dañaran. Se cree que también era una forma de asegurarse que el fallecido estuviera realmente muerto. Tradicionalmente los velorios se realizaban en la casa del fallecido, y podían durar tres días, aunque hoy lo habitual es que tengan lugar en la casa velatoria y que tengan lugar solo durante una noche.
5. Cortejo fúnebre. La procesión que acompaña al fallecido del lugar del velatorio al del entierro se encuentra en todas las grandes religiones y desde tiempos muy antiguos. Ya los egipcios, así como luego los griegos y romanos, contaban con sus propias procesiones, las cuales habitualmente incluían plañideras o lloronas, mujeres a las que se les pagaba para lamentarse y llorar a lo largo del servicio fúnebre.

Estas son algunas costumbres muy extendidas vinculadas con los sepelios. Existen muchas otras tradiciones que hoy han caído en desuso, y otras que son particulares y específicas de ciertas culturas. De ellas nos ocuparemos en futuras notas. Mientras tanto, vos podés ocuparte de que tu propio sepelio tenga lugar de acuerdo con tus propias indicaciones, sin dejar las cosas al apuro de la infortunada ocasión.

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