Las últimas 5 palabras de celebridades

Las últimas palabras tienen un atractivo especial. Si hay que irse de este mundo, al menos hagámoslo con estilo.

Hay muchas frases ingeniosas que, como canto del cisne, resumen en sus palabras finales la gran estatura de un personaje, ya sea Leonardo da Vinci, Oscar Wilde o Beethoven.

Siempre está la sospecha de saber si son verídicas esas últimas palabras, porque, por razones obvias, es bastante difícil que el propio autor deje registro de lo último que dice. Debemos confiar, entonces, en el testimonio de los testigos. Pero, en la mayoría de los casos, quien transmite esa ansiada frase para la posteridad es apenas un biógrafo, sin decirnos cómo obtuvo tan valiosa información. A veces se puede rastrear el origen, pero hay tantos intermediarios (alguien escribe que tal dijo que tal fue testigo…) que el testimonio no resulta del todo fiable.

Estos son cinco casos de últimas palabras que han pasado a la posteridad, pero muy probablemente no son ciertas. En algunos casos se trata de una evidente fantasía, en otros, se han adornado un poco los acontecimientos y, en otros más, nunca podremos saberlo con seguridad. Más allá de esta preocupación historicista, todas son frases entretenidas, que vale la pena leer.

Últimas 5 palabras

1. “Mi empapelado y yo estamos peleando un duelo a muerte. Uno u otro de nosotros debe irse”.

Oscar Wilde

El gran escritor irlandés, célebre por sus frases ingeniosas, no podía tener unas últimas palabras que no estén a la altura de su fama. En ocasiones la frase aparece resumida como: “O se va ese empapelado o me voy yo”.

Wilde murió en una habitación de hotel en París, en el año 1900. En 1929 un escritor publicó un artículo sobre anécdotas del escritor. Una amiga de Wilde contó la historia, que habría tenido lugar unas semanas antes de su muerte. Cerca, pero no exactamente palabras finales.

2. “Nunca debí haber pasado del whisky al martini”.

Humphrey Bogart

Una de las más grandes estrellas de Hollywood, el protagonista de Casablanca era tan célebre por sus actuaciones como por su afán por la bebida. Aunque el humor ácido de la frase le calza justo al actor, es una completa ficción. De hecho, Bogart murió en 1957 y la frase aparece en una novela de 1975, que no tiene nada que ver con Bogart. Lauren Bacall (otra enorme estrella del cine) relata en su autobiografía, publicada en 1978, que sus últimas palabras se las dijo a ella, y fueron: “Adiós niña. Vuelve pronto”.

3. “¿Morirme? Eso es lo último que espero hacer”.

Henry Temple

Fuera del Reino Unido el nombre de Henry Temple (o Lord Palmerston, su título nobiliario) probablemente no nos dice nada. Sin embargo, fue primer ministro de Gran Bretaña desde 1855 hasta su muerte, en 1865, con 80 años. La pintoresca anécdota afirma que esto es lo que respondió al médico que lo asistía, cuando le informó que estaba en sus últimas horas. La realidad es menos atractiva. Con la mente puesta en sus actividades políticas, sus palabras finales fueron: “Ese es el artículo 98; ahora pasemos al siguiente”.

4. “Aplaudid amigos, la comedia ha terminado”.

Beethoven 

Cuando Beethoven murió, en 1827, era una estrella de renombre mundial, y más de 20.000 personas asistieron a su funeral. Uno de sus biógrafos cuenta que se despidió de este mundo con la frase en latín que tradicionalmente cerraba las comedias teatrales. También se dice que el emperador romano Augusto usó la misma frase. Sin embargo, testigos de los últimos momentos del compositor alemán niegan que estas fueran sus últimas palabras. Según otro testimonio, lo último que dijo fue más mundano: “¡Qué pena, demasiado tarde!”, en referencia a una caja de vino que le había enviado su editor.

5. “He ofendido a Dios ya la humanidad porque mi trabajo no alcanzó la calidad que debería tener”.

Leonardo da Vinci 

Ah, el artista trágico, siempre anhelando una perfección que nunca llega. Es un estereotipo, y eso ya tendría que hacernos sospechar. Da Vinci murió en 1519. Casi medio siglo después, el escritor y arquitecto Giorgio Vasari, escribió una biografía de pintores, escultores y arquitectos célebres. Allí cuenta que, en sus últimos instantes, el artista había recibido la visita del rey de Francia, Francisco I. Vasari afirma que Da Vinci le había comentado al rey “que había ofendido a Dios…”. Es decir, el relato no describe las palabras textuales. Los historiadores posteriores consideran improbable tanto la visita del rey como el contenido de la cita. En última instancia, es totalmente incomprobable.

¿Te gustaron estas citas? ¿Te parece importante saber si son ciertas o no, o prefieren seguir el consejo de Mark Twain: “Nunca dejes que la verdad se interponga en el camino de una buena historia”? 

Como para cerrar el círculo, esta es una cita falsamente atribuida al escritor estadounidense.

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