Una antigua costumbre
¿Por qué estamos acostumbrados a asociar la palabra “jubilación” con la idea de retiro, pasividad, dependencia? Conviene hacer un poquito de historia para descubrir que, en sus orígenes, esta palabra tenía un significado es muy diferente (y mucho más positivo) del que hoy suele despertar en la gente.
Para hacerlo, tenemos que remontarnos a la Biblia, nada menos. Allí se habla de yobel, que señalaba una fiesta judía de gozo y perdón universal que tenía lugar cada 50 años.
Luego, cuando san Jerónimo tradujo la Biblia al latín, eligió traducir yobel como iubilaeus (es decir, “jubileo”), que remite a los gritos de alegría que daban los pastores. De ahí el significado en castellano de “júbilo” como expresión de alegría.
Jubilarse, entonces, deriva de la festividad judía, “porque la jubilación se daba tras 50 años de servicio”, según aclara el Diccionario de la Real Academia Española.
Hoy
Sin embargo, hoy jubilarse está lejos de ese júbilo original y más cerca de un período gris en el que se ha dejado de ser productivo. Esta asociación es lamentable: estamos demasiado acostumbrados a que el sentido de la vida gire en torno al trabajo, y especialmente al trabajo remunerado. Este debería ser apenas un medio para lograr metas más plenas de realización personal.
Afortunadamente, hoy el vínculo artificial que enlaza la secuencia trabajo-jubilación-inactividad está perdiendo peso ante una concepción de la jubilación. Se esta comenzando a ver como una oportunidad de cambio en el rumbo de las actividades; con una orientación más personal con múltiples posibilidades de crecimiento y desarrollo individual.
Ni siquiera es necesario que la jubilación signifique el retiro total de la profesión. En muchos casos es posible continuar con el trabajo de toda la vida de manera privada. Si esto es preferible o no, será una cuestión que dependerá de diversas variables personales y según cada caso particular.
Lo importante, en todo caso, es dejar de vincular la jubilación con valores negativos. Debemos cambiar nuestra posición mental al respecto, y reconocer que el cese de la actividad profesional no implica el cese de toda actividad provechosa y significativa.
Es una actitud de respeto, no solo hacia los mayores y al trabajo realizado por otros, sino a la propia dignidad humana y, por lo tanto, hacia nosotros mismos.
¿Por qué se celebra en Argentina el Día del Jubilado el 20 de septiembre?
Porque en esta fecha, en el año 1904, se sancionó la Ley 4349 de Jubilaciones para empleados del Estado. Ocurrió durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, fue la primera ley para jubilados y promovió la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones.
Parte del Envejecimiento Activo es mantener el cuerpo y mente sanos, sin preocupaciones.
A Mi Manera te ofrece la posibilidad de elegir cómo será la partida de este mundo, dejando todos los gastos pagos y brindando una herencia familiar a quiénes vos prefieras.
Enterate más en nuestra web www.amimanera.com.ar
