¿Qué es el certificado de últimas voluntades y por qué conviene tenerlo?

Cuando hablamos de “certificado de últimas voluntades” en Argentina, nos referimos al informe que permite saber si una persona otorgó un testamento y, en caso afirmativo, ante qué escribano y en qué registro está inscripto. Este dato es clave para iniciar cualquier trámite sucesorio: sin saber si hay testamento y dónde localizarlo, los herederos no pueden avanzar con la partición de bienes ni con la obtención de copias autorizadas. Tenerlo claro evita conflictos y demoras, y ayuda a que en la vejez y en el final de la vida no se convierta todo en un caos administrativo para la familia.

En nuestro país no existe un único registro nacional que concentre todos los testamentos. Cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen sus propios Registros de Actos de Última Voluntad, administrados en muchos casos por los Colegios de Escribanos provinciales. Esto significa que, al momento de solicitar el informe, hay que dirigirse al registro de la jurisdicción donde el testamento fue otorgado o inscripto.

Para qué sirve el certificado de últimas voluntades

El informe de últimas voluntades cumple una función esencial. El mismo confirma si existe o no testamento y, si lo hay, identifica al escribano autorizante para que se pueda pedir copia del documento. Este paso es obligatorio para iniciar una sucesión y para que un juez o escribano pueda proceder con trámites como la declaratoria de herederos o la partición de bienes. Sin ese informe, un proceso sucesorio puede demorarse o quedar trabado.

Quién puede pedir el certificado de últimas voluntades y cómo se tramita

Las condiciones varían según la provincia, pero en general se exige:

  • Identificar al causante: nombre completo, DNI, fecha y lugar de fallecimiento, y datos filiatorios para evitar confusiones por homónimos.
  • Presentar la documentación: partida de defunción, copia del DNI del causante y, en algunos casos, documentación que acredite el vínculo o interés legítimo.
  • Abonar la tasa correspondiente: cada registro provincial fija su arancel, que se actualiza periódicamente.

En la mayoría de las jurisdicciones, el pedido lo realiza un abogado o escribano con firma digital, aunque algunos registros permiten que familiares directos lo gestionen personalmente, siempre acreditando el vínculo.

Plazos y costos

No hay un plazo único en todo el país. En algunas provincias, el informe se emite en pocos días hábiles; en otras, puede demorar varias semanas. Lo mismo ocurre con el costo: cada Colegio de Escribanos provincial fija su arancel. Por eso es fundamental consultar siempre la información actualizada en la página web o ventanilla del registro correspondiente antes de iniciar el trámite.

Y si vivís en el exterior

Si el solicitante reside fuera de Argentina o el trámite debe gestionarse desde un consulado. La Cancillería y las representaciones diplomáticas pueden orientar sobre cómo acreditar que no existe un registro nacional único y cómo pedir el certificado en la jurisdicción donde corresponda. Esto es útil para familiares de argentinos fallecidos en el exterior o para herederos que viven fuera del país.

Recomendaciones para no dejar todo para último momento

Lo más aconsejable es que, si otorgaste un testamento, te asegures de que esté inscripto en el registro correspondiente y que alguien de confianza sepa dónde está la documentación. También es buena práctica guardar copias de la partida de nacimiento, DNI y constancia de inscripción en un lugar seguro y accesible para tus familiares.

Si debés tramitar el informe por el fallecimiento de un ser querido, pedile a tu abogado o escribano que solicite el informe con todos los datos completos para evitar errores y demoras. Los Colegios de Escribanos provinciales publican en sus sitios web instructivos y formularios para este trámite, lo que facilita la gestión.

Previsión, cuidado y tranquilidad

Saber qué es y cómo se obtiene el certificado de últimas voluntades no es solo un detalle legal. Se trata de un acto de cuidado hacia quienes queremos. En la tercera edad, planificar no significa perder libertad, sino garantizar que nuestros deseos se cumplan y que nuestros seres queridos no enfrenten trámites innecesarios en momentos difíciles.

Y, así como este documento ayuda a ordenar lo patrimonial, contar con un seguro de sepelio también es parte de esa previsión. En A Mi Manera, el seguro de sepelio está pensado para que puedas elegir los servicios y coberturas que mejor se adapten a vos. Dejando todo resuelto y evitando que tu familia cargue con preocupaciones económicas y administrativas en un momento de dolor.

La vejez puede vivirse con plenitud, afecto y proyectos. Tener un testamento bien registrado, dejar la herencia en orden y contar un seguro de sepelio como A Mi Manera son decisiones prácticas, humanas y responsables que te permiten enfocarte en lo más importante: disfrutar el presente y dejar un legado de amor y cuidado para quienes más querés.

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