Deshidratación en adultos mayores ¿hay riesgos?

deshidratación

Cuando llega el verano, una de las notas clásicas de salud son las que advierten sobre la importancia de mantenerse hidratados ante el peligro de deshidratación que presentan las altas temperaturas.

Pero las temporadas de mayor calor no son el único momento en que hay que estar atentos a un posible cuadro de deshidratación. Esto es especialmente cierto en el caso de los adultos mayores, quienes suelen tener inconvenientes a la hora de alcanzar la cuota diaria de ingesta de agua, independientemente de la temperatura ambiente.

Por eso sacamos esta nota en pleno invierno, para llamar la atención sobre cómo enfrentar algunas dificultades en algo tan sencillo como tomar agua, más allá del calor o frío de la estación.

Cuánta agua es suficiente

La cantidad de agua que debe tomarse diariamente es algo que cambia según la edad, el sexo y la contextura y características propias de cada individuo. Como promedio, para la tercera edad se estima que hay que beber 1,7 litros de agua, lo que equivale a entre 6 y 8 vasos de agua. No necesariamente debe ser agua. Además del agua que incorporan muchas frutas y verduras, para cumplir la cuota valen bebidas como leche descremada y –con medida, dadas sus características estimulantes y potencialmente diuréticas– té o café.

En cambio, las gaseosas y el alcohol no son aconsejables.

Deshidratación: ¿Por qué los adultos mayores beben menos?

Existen varias causas que llevan a que los adultos mayores beban menos de lo que deben, con la consecuente deshidratación. Es importante prestar atención a estas cuestiones, para remediarlas y prevenir la falta de agua.

  1. Menor sed. Normalmente, el cuerpo nos avisa cuando necesitamos comer (hambre) o beber (sed), pero en la gente mayor disminuye el apetito y la sed como alertas subjetivas de la necesidad de nutrientes. Muchas veces, cuando aparece la sed, ya hay un cuadro leve de deshidratación.
  2. Menor agua corporal. El cuerpo de la gente mayor tiene menos agua que el de los adultos más jóvenes, lo que lleva a que se deshidraten más fácilmente. Esta alteración puede hacer que la persona no tenga conciencia de que necesita más agua de la que estaba habituado durante años.
  3. Incontinencia urinaria. Este es un problema común en la gente mayor. Muchos evitan tomar agua para evitarse dificultades.
  4. Memoria. Sin llegar a casos de demencia, es común que ocurran olvidos y fallos en la memoria, que lleven a beber menos de lo debido.
  5. Molestias. El hecho de verse obligado a beber seguido puede resultar una molestia que se prefiere evitar. Sin embargo, las estadísticas indican que, para la gente de la tercera edad, es más cómodo beber menos muchas veces que grandes cantidades en pocas oportunidades.
  6. Movilidad. Las dificultades motrices pueden llevar a que la persona desista de realizar el esfuerzo de tomar un vaso de agua.
  7. Tragar. A veces el problema es simplemente dificultad al tragar, debido a alguna dolencia en el esófago.

Factores de riesgo en la tercera edad

Diversas condiciones comunes en la forma de vida de los adultos mayores favorecen la deshidratación. Estos son algunos factores que deben tomarse en cuenta.

  1. Medicamentos. Algunos pueden inducir a la deshidratación, lo que se agrava si estos son muchos.
  2. Riñones. Un mal funcionamiento de estos puede llevar a una mayor pérdida de agua que la conveniente.
  3. Sudor. A medida que entramos en edad avanzada, el cuerpo regula con menor eficiencia la temperatura corporal, por lo cual puede ocurrir que los mayores pierdan más agua durante el ejercicio, a través del sudor.
  4. Enfermedades existentes. Condiciones como la diabetes, problemas renales o gastrointestinales suelen llevar a que la persona se deshidrate más fácilmente.

Aunque se pueden encontrar síntomas de deshidratación en adultos mayores (ojos hundidos, boca seca, pulsaciones elevadas, debilidad, orina oscura y/o poco frecuente…), estos no son del todo fiables. 

Para determinar con certeza si existe deshidratación (y cuánta agua se necesita para permanecer hidratado), se debe hacer una consulta médica y realizar un análisis de sangre.

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