Un par de meses atrás publicamos una nota sobre epitafios con mucho humor. Recordemos que los epitafios son esos textos breves, usualmente escritos sobre una lápida, que recuerdan al difunto en solemne homenaje. Sin embargo, algunas personas han decidido desafiar la costumbre y mostrar su ingenio por última vez y para la posteridad.
En esta ocasión, decidimos compartir cinco epitafios muy divertidos, pero de gente famosa en cine o televisión. Han quedado algunas perlitas demasiado buenas para ser verdad, como el epitafio del músico Johann Sebastian Bach, célebre por sus fugas: “Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga”. Excelente, pero falso. Lo mismo que el de Molière, uno de los padres de la comedia: “Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”.
5 epitafios ocurrentes de famosos
Además de los epitafios mencionados más arriba, muchos otros textos no pasaron el filtro de la investigación de fuentes, aunque se encuentran multiplicados en cientos de páginas de Internet. Los cinco que presentamos aquí son completamente auténticos, y muestran que el ingenio y el buen humor no tienen por qué hacerse a un lado cuando toca hablar de la muerte.
- “Eso es todo, amigos”.
Mel Blanc (1908-1989) es el actor de voces más importante del mundo. Con sus extraordinarias dotes, dio voz a casi todos los Looney Tunes: de Bugs Bunny y el Pato Lucas a Silvestre, Tweety y Speedy Gonzales. Y, por supuesto, también a Porky, el chanchito que se despedía de cada dibujo animado tartamudeando la célebre frase: “E-e-e-eso es todo, amigos”. Nada más apropiado para colocar en la lápida con un sentido nuevo.
- “Te dije que estaba enfermo”.
El humorista irlandés Spike Milligan (1918-2002) es una leyenda de la radio y televisión de Inglaterra. Cuando murió, la Iglesia anglicana se negó a colocar en la lápida el epitafio elegido por Milligan. Finalmente se llegó a un arreglo y se pusieron sus palabras en gaélico, el lenguaje celta originario de Irlanda.
- “No volveré enseguida después de este mensaje”.
Merv Griffin (1925-2007) fue un presentador televisivo de larga trayectoria en los Estados Unidos, además de exitoso empresario de los medios de comunicación. Decidió poner en su tumba una variante de la frase habitual con la que los conductores de TV van a una pausa comercial.
- “Soy un escritor, pero nadie es perfecto”.
Billy Wilder (1906-2002) fue uno de los más grandes cineastas de Hollywood. Obtuvo dos Óscares a Mejor Director y tres a Mejor Guionista. Como queda claro en su epitafio, se consideraba principalmente un escritor, y dejó en su lápida un último toque de humor, citando a la vez la famosa frase final de una de sus películas más recordadas, Una Eva y dos Adanes, con Marilyn Monroe.
- “Jack Lemmon en”.
Uno de los actores clásicos más queridos (justamente, de los preferidos por Billy Wilder), Jack Lemmon (1925-2001) tuvo un toque tan sencillo como genial para su tumba. Simplemente puso “en” debajo de su nombre, tal como solía aparecer en las más de 60 películas que protagonizó.
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